lunes, 9 de junio de 2008

Ruralogía. Pedrucu superstar

Querido S.:

Hoy te traigo un ejemplo de lo que es un elemento rural en estado puro; a su lado, el Gañán es una maricona poniéndose un supositorio. Lo he encontrado en el blog de Airnoja y todavía me estoy secando las lágrimas de la tripada risas que me he echado. No me resisto a recopiar el texto:

Me gustan mucho los animales,sobre todo las lleguas y las vacas.Cuanto mas caguen mejor,dame una cuadra llena de mierda hasta los cojones y soy un hombre libre ,me siento lejos de la civilización ,sobre todo por que la cuadra esta en el monte.A todo el mundo que quiera libertad,comprar 100 ö 200 vacas y sabreis lo que es la libertad.Yo llego a la cuadra a las 6 de la mañana y la encuentro de mierda hasta los huevos,entonces es cuando empieza mi libertad.Agarro el badillu,echo 4 juramentos y me pongo a echar moñigas pa tras como un hijoputa,a media mañana tengo media cuadra limpia y a eso de las cuatro de la tarde llego a la otra punta,cual es mi sorpresa cuando levanto la cabeza,miro pa tras y digo me cagon dios a empezar por la otra punta.AMIGOS poner vacas, de 100 pa arriba y sabreis lo que es la libertad.Ahora amigos tenemos en marcha un nuevo proyecto pionero en España,que se va a llamar spa balsa primavera y turismo rural autentico sin mariconadas.Basicamente esta pensado para la gente de ciudad que esta muy estresada y necesitan desconectar un poco de la rutina diaria.La terapia comenzaría con un dia normal en la vida ganadera:Segar 15 tractores de verde a mano en la cuesta de la asomá,Sacar 150 carretillos de abonu de la cuadra por el calce alante y los ultimos 15 metros pasar por una viguetilla de madera con mierda seca de hace quince años hasta llegar al estercolero y allí meter un patinazo y entrar de cabeza a la pila.Esparcer 2000kg de quimico a mano en sacos de 50kg,esquilar 300 ovejas !!ah!! se me olvidaba…y arreglar el tractor.Después de todo esto vendría la parte de relajación,que es donde hablariamos de la spa balsa primavera que consiste en un estercolero lleno de balsa donde pasariamos a relajarnos durante 2 horas.Apenas ha comenzado el proyecto y ya tenemos miles de reservas todas de Santander y Madrid,la gente esta muy ilusionada en venir a pasar un fin de semana al campo con los animalitos.Sin duda pensamos que es un proyecto que va a ser de mucha utilidad para toda esta gente que esta super-estresada y necesitan un fin de semana de tranquilidad y relajación.Si quereis mas información podeis entrar en nuestra pagina web: www.paladeabonu.com o bien en la pagina 889 de teletexto(spa-balsa primavera)

Con dos cojones y un palo. En su dirección de Youtube podrás encontrar vídeos varios del paisano; te recomiendo “Meando en albarcas” y “Enseñando a la segadora”.

Con todo esto, he recordado el viejo texto sobre el agrosexual, que también te copio:


Metrosexuales versus Agrosexuales

Leyendo un artículo me encuentro, así, de repente, con que desde hace no más de diez años tenemos entre nosotros a unos seres, raros raros, que la moda se empeña en denominar metrosexuales.

Se dice que son hombres, pero que visten como mujeres, oh!. Que se tiñen el cabello, broncean su piel, usan cosméticos, perfumes, mantienen bien depilado su vello corporal, e incluso no dudan en hacer uso de la cirugía para desarrollar su otro yo más femenino y así, en perfecta armonía con la ambigüedad, ensalzan su imagen en detrimento de la propia identidad con un objetivo claramente seductor y/o sexual.

Vaya, que de lo que se trata es de pillar cacho, como siempre.

En mi pueblo los llamamos mariconas, así, con todas las letras, ma-ri-co-nas.

Claro que según tengo entendido, los metrosexuales son definidos por su caracter urbanita, metropolitano, de ahí el nombrecito. Entonces los donjuanes de provincias, los de interior, ¿deberían denominarse aldeanosexuales, rusticosexuales quizás? Yo más bien me atrevería a acuñar la palabra como agrosexuales para denominar al mozo hortelano que, después de 14 horas con la azada al hombro y las albarcas llenas de barro, se refrota la sobaquera en la acequia, se engalana con la camisa franela de los domingos, se pone "tol pelo patrás" y se va al teleclub del pueblo a echar un tinto pa que le vean las mozas casaderas locales. Y ellas suspiran.

El agrosexual no necesita ir al gimnasio, goza de un bronceado que muchos ya quisieran y lleva una alimentación envidiable que le proporciona un buen aspecto físico. El agrosexual desarrolla un instinto cazador para el fin de semana, cultivado en sus largas horas de soledad en el campo o entre su ganadería. El agrosexual da una gran importancia a su apariencia física cuando sale de cacería, preparando concienzudamente todos y cada uno de los detalles que le asegurarán el éxito con las zagalas en edad de merecer. El agrosexual es una bestia imparable en el erial del amor y la seducción, es una mezcla entre la trogloditez del macho en celo y el amante trovador, poeta de verso tullido y entrecortado. El agrosexual es directo, implacable, un triunfador con los bolsillos repletos de billetes capaz de embaucar a las más difíciles hembras. El agrosexual nunca se va de vacío, nunca se queda en blanco ni a dos velas. El agrosexual no tiene reparos en descargar su preciosa mercancía en algún club de vuelta al pueblo, y presumir de ello, incluso. El agrosexual no necesita vestir como una nena y siempre marca paquetón. El agrosexual no se molesta si le confunden su hombría, es más, le gusta presumir de su inexistente homofobismo. El agrosexual se rodea de tipos no-agrosexuales que le parten la cara ipso facto a aquel que puso en entredicho su masculinidad. El agrosexual en resumen es un líder, un triunfador en todos los campos que no tiene que adaptarse al medio, ya que consigue que el medio se adapte a si mismo. El agrosexual no necesita ir por la vida demostrando nada a nadie puesto que tiene tierras, un gran Mercedes, paga rondas de cubatas a los no-agrosexuales y si dice que "siete sin sacarla" nadie duda que, a buen seguro, habrán sido ocho o incluso más.

En las ciudades son conocedores de este tipo agrosexual y han creado su propia versión del galán rural, del Don Juan de pueblo, del seductor aldeano de toda la vida, llamándolo metrosexual, pero vaya, ni puta idea.

Envidia cochina, mariconas!


Ahí tienes al macho montañés. Un saludo.

Á.