Tuve la suerte de acercarme a la obra de Dostoievski mediante un libro que me gusta pensar como decisivo para todo aquel joven que se haya topado con él: Crimen y castigo. A pesar de la infame traducción, de una edición en papel malo y letra amazacotada, de los numerosos cortes que sufrió el texto, esa vieja publicación de la editorial Edaf es uno de mis recuerdos de lector que con más cariño atesoro. El miserable cosmos petersbusgués que se arremolina sobre el terco y lúcido Raskolnikov se graba a fuego en la mente del adolescente que no puede ni quiere soltar esas páginas. Después he seguido leyendo a Dostoievski a saltos, impresionado por el genio turbulento de Los demonios o Los hermanos Karamazov. La primera novela que leí de Coetzee fue El maestro de Petersburgo. En no recuerdo qué libro de ensayos de Susan Sontag se hablaba de cierta novela de un tal Tsypkin, Verano en Baden-Baden, calificada de obra maestra y que relataba la etapa ludópata de Dostoievski por los casinos de Europa. La devoré en poco tiempo. Todas estas lecturas han transcurrido en un espacio de tiempo de muchos años, por lo que puede decirse que no le he dedicado al gran novelista ruso la atención que yo mismo pienso que merece. Hace poco decidí subsanar tal carencia con varias lecturas, la primera de las cuales ha sido Problemas de la poética de Dostoievski, de Mijaíl Bajtín.
Bajtín realiza un agudo análisis de la obra del petersburgués aplicándole los conceptos de carnavalización y polifonía que tan fecundos resultaron en su teoría literaria. Según el crítico, Dostoievski sería el máximo exponente de la novela polifónica, donde múltiples personajes exponen puntos de vista a menudo opuestos y los llevan hasta sus últimas consecuencias sin que el autor intente dirigirlos. Normalmente, el autor construye sus textos de manera que todo tienda a demostrar una idea, los personajes tienen poca libertad real puesto que el autor les orienta con mano de hierro a cumplir un papel en el engranaje de la narración. Pero no Dostoievski. Por el contrario, dota a cada personaje de una obsesión particular y le deja en debate perenne consigo mismo. Los tormentos y la conducta demente de muchos de sus personajes vienen de la incapacidad de estos para resolver las contradicciones provocadas por el incesante rumiar de las ideas. Los grandes debates de la época son encarnados por figuras que sostienen cada posición con una energía energuménica que suele acabar con ellos.
Bajtín realiza un amplio repaso de los precedentes de la novela carnavalizada, género que considera el más apto para expresar las tensiones de nuestra época. Tal carnavalización se refleja en el continuo recurso a lo grotesco, a la parodia, a la escena vodevilesca. Los personajes tienen en general una vis cómica en medio de la miseria de su situación que da pie a una escena típicamente dostoievskiana. Tanto los protagonistas como los secundarios se lanzan a delirantes monólogos en los que representan con pareja eficacia y al mismo tiempo a la defensa y a la acusación. Todo ello refleja, según Bajtín, la naturaleza profundamente dialógica de Dostoievski, en oposición al monologismo de la mayoría de escritores.
Esta sucinta reseña no da una idea cabal de la gran cantidad de análisis y perspectivas que explora Bajtín. Este libro marca un hito de los estudios sobre Dostoievski y me ha reabierto el apetito de sus libros. Aunque no sé en cuál embarcarme primero: ¿tal vez en Pobres gentes, su primera novela, que causó un hondo impacto en Belinski? ¿Los artículos polémicos de Diario de un escritor? ¿La relectura de Los demonios que me está tentando? Se ruegan sugerencias.
Problemas de la poética de Dostoievski, de Mijaíl Bajtín
399 págs
Breviarios
Fondo de Cultura Económica
Problemas de la poética de Dostoievski, de Mijaíl Bajtín
399 págs
Breviarios
Fondo de Cultura Económica
Yo me he leído tres obras de Dostoievski, una larga (Crimen y castigo), una corta (El jugador) y una muy corta (Las noches blancas), y las tres me han marcado profundamente. No he leído a otro hijo de puta que transmita tanto como él.
ResponderEliminarEl jugador, que creo que es bastante desconocida (según escribo esto consulto la Wikipedia en inglés y El jugador tiene varias películas y una ópera de Prokofiev... ups), me gustó mucho, quizá la que más de las tres.
Cuál me recomiendas para que prosiga, aparte de Los hermanos Karamazov?
Dostoievski marca a todo el que lo lee, creo que nadie queda indiferente tras su lectura.
ResponderEliminarYo te recomendaría "Los demonios", un muy actual análisis del nihilismo y de la violencia terrorista.