Si no recuerdo mal, empecé a leer El Jueves a los 13 ó 14 años. Aquella mezcla de actualidad, humor salvaje y picaruelas desnudas es una granada de fragmentación para alguien de esa edad (gran pregunta: ¿por qué a las chicas la historieta que más les gustaba era Clara de noche, sobre las vicisitudes de una puta? Se admiten hipótesis). Lo dejé unos años después porque me parecía repetitivo y falto de ideas. Salvo algunas excepciones (pienso sobre todo en Pedro Vera, esa bomba de barbarie y humor que pare cada semana Ortega y Pacheco) los autores nuevos no me gustaban ni poco ni mucho. Me daba la impresión de que la revista estaba en una etapa de decadencia.
Y he aquí que en un año tenemos varias portadas polémicas que devuelven la publicación al candelero. La primera fue la de los príncipes haciendo uso, que les costó 3000 aurelios. Después otra con

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