Alternan los días calurosos y soleados con los días de lluvia. Las chicas guapísimas con poca ropa y las morsas del Antártico con poca vergüenza. Cena sobresaliente el sábado: arroz con almejas y un solomillo de una ternura que daban ganas de partirlo con los dedos. El placer de la carne.
Sigo con Montaigne. Me gustan su atención al detalle y su rechazo del gobierno de las pasiones. Además de la claridad de la exposición, con numerosos ejemplos, sin perjuicio de la elegancia y precisión del estilo. Leyéndolo despacio y atentamente uno tiene la impresión de oír la charla de un amigo especialmente inspirado que se detiene en detalles que tras su paso parecen obvios, pero en los que nunca hubiésemos reparado.
Góngora. En su interesantísima introducción, Antonio Carreira habla del seguro temple poético del cordobés, de su constante distanciamiento de las convenciones ideológicas y literarias de su tiempo. Bajo un arte originalísimo y complejo se agazapaba una personalidad aristocrática e independiente. Pasmo al releer sus versos, llenos de hallazgos y exigencias para con el lector. Sólo lo difícil es estimulante, decía un rendido gongorino.
Avanzo en Battlestar Galactica. Aunque es muy ajena a mí, me fascina la lógica militar, los rigores de la cadena de mando, el peso de la autoridad. Supongo que el ejército hoy día estará mal visto y peor comprendido por la sociedad civil, pero su importancia en la constitución de cualquier país es evidente si miramos, por ejemplo, a Israel. En Europa (más concretamente en España) nos podemos dar el lujo del ejército que cumple misiones de paz, pero sólo por nuestra certeza de que estamos a salvo de un ataque gracias a nuestros aliados, por un lado los países de la Unión Europea y, por otro y no menos importante, EEUU.
A un capítulo de terminar la primera temporada de Breaking Bad. Varias escenas memorablemente grotescas, como la del ácido deshaciendo la bañera. La lucha contra el cáncer como un motor mediante el que asegurar el futuro de la familia (la clave: el realismo, matar la esperanza). El paisaje desértico de Nuevo México, cercano a la frontera, ese centro neurálgico de la ficción actual.
Remirando el post Bellezas de serie, me doy cuenta de una grave omisión: Eva Green, Morgana en la muy olvidable Camelot. Esperemos que su paso por el mundo de las series sea muy duradero.
Se ve que estamos de vacaciones eeehhh!
ResponderEliminarSiga siga, en agosto me toca a mi...
Pd: Las fotos de Eva, maravillosas. Me tiene obnubilado esta morena...
Jajaja, en realidad trabajo en verano pero los ratos libres los dedico a los libros y las series, sobre todo.
ResponderEliminarSi no la ha visto ya, póngase con Soñadores, de Bertolucci: una Eva en todo su esplendor, una interpretación excelente y una muy buena película:
http://espitolas.blogspot.com/2010/10/el-cuento-de-hadas-del-68-sonadores.html
Un saludo!
Pue no, no la he visto... y esa foto del enlace cúal Venus de Milo...UUaaUUuhh!!
ResponderEliminarDisfruto el verano porque ando con poca ropa Y los pájaros vuelan y los árboles cantan
ResponderEliminarEstar desnudo es parecido a comer con las manos: un placer primario y sensual.
ResponderEliminarGracias por comentar!