Cuando uno termina de leer la estupenda Guía de la novela negra que ha publicado la editorial Errata Naturae, dan ganas de lanzarse a la vez sobre varios de los títulos que recomienda. Si pensamos con honestidad en las razones que nos mueven a leer, cuando desechamos todas las tonterías que se suelen decir (para ilustrarse, para ser mejores personas, para vivir otras vidas...) quedamos frente a la fieramente humana verdad: leemos porque nos gusta. El freudiano principio del placer. Leemos porque nos da más placer que casi todas las demás cosas. Si no fuese así, nadie tocaría un libro ni con un palo. Y dentro de este hedonismo lector, el género negro ocupa un lugar destacado en nuestros sueños más húmedos. Este mundo de crímenes, detectives alcoholizados, peligrosas y bellísimas mujeres de labios rojos como una herida, corrupción, traumas, dinero a mansalva, miseria, violencia y apasionantes misterios para resolver, este mundo, digo, nos muestra con la cegadora luz de la evidencia que la lectura es disfrute y juego o no es. Y esta Guía es un mapa de los lugares donde hallaremos horas y horas de goce. Esta Guía invita al pecado.
Como todos los aficionados al tema que sea, me gusta saber un poco más que los demás. Y me molesta que me demuestran lo enciclopédico de mi ignorancia. Así, según avanzaba por estas páginas no sabía si me estremecía por la cantidad de nuevos títulos que iba a tener oportunidad de saborear o por la evidencia de que no tengo ni idea de novela negra. Que hay muchísimos autores que no conozco ni de oídas. Que aunque conozca al autor, apenas he metido el dedo del pie en las tentadoras aguas de su obra. Que no sé por cuál empezar. ¡Maldito seas, Malverde!
Y es que esta Guía está escrita con pseudónimo, mezcla de héroe griego y de santo de los criminales mexicanos. El oculto autor revela muchos datos de sí mismo a lo largo del libro (aunque cabe pensar que algunos sean meras fabulaciones, punto hacia el que tiende la sensibilidad del autor, como él mismo reconoce) y hay quien tiene su propuesta. Yo no tengo ni idea, la verdad. Prefiero echarle otra ojeada al libro para dilucidar sobre qué novela voy a lanzarme a continuación. El libro está escrito en forma de fichas en las que se elige una novela y se hace un pequeño resumen, acompañado de una sucinta biografía del autor. El estilo de Malverde mezcla la contagiosa admiración hacia el género con variadas referencias al mundo griego clásico o a la filosofía hegeliana. Bien mezclado, todo ello resulta un libro apasionante y muy recomendable para todo aficionado al género (o, más bien, para los no aficionados).
Dentro del más de un centenar de recomendaciones que incluye el libro, empezaré por tres que me han llamado la atención:
James Lee Burke, cuyo nombre me sonaba por la reciente adaptación que Bertrand Tavernier ha realizado de una de sus novelas. El detective Dave Robicheaux explora los rincones más oscuros de Louisiana. Malverde recomienda Camino púrpura.
Walter Mosley, quien en El demonio vestido de azul explora las tensiones raciales de una ciudad tan explosiva étnicamente como Los Angeles. Malverde sitúa a Mosley en un pedestal y yo, hasta tener más elementos de juicio, le hago caso.
Sara Paretsky, muestra de la poderosa presencia femenina en la novela negra. La detective Warshawski promete ser una construcción literaria inolvidable. El autor recomienda La lista negra.
Guía de la novela negra, de Héctor Malverde
264 págs
Errata naturae
Guía de la novela negra, de Héctor Malverde
264 págs
Errata naturae
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