jueves, 21 de julio de 2011

Apuntes de verano (IV)

En la entrevista que Jot Down realiza a Rafael Díaz-Santander descubro, entre otros, un extraordinario hallazgo: la serie británica Black Books, una comedia protagonizada por el antisocial dueño de una librería, una chica a falta de macho y un tipo buenazo y algo lelo. Mala leche contra el mundo, humor absurdo, situaciones escatológicas, borracheras descomunales y otras especies en capítulos de 20 minutos que se hacen cortos. Aquí se puede descargar.


Termino La marcha de Radetzky, de Joseph Roth. Novela acerca de los puntos fronterizos: un soldado del Imperio Austrohúngaro, Trotta, hijo de campesinos eslovenos, se ve ennoblecido por un golpe de suerte bien aprovechado. Aparece en los libros de historia, se traslada a la capital, su hijo trepa como un mono por los escalafones de la Administración. Pero Trotta, el héroe de Solferino, muere añorando la tierra eslovena de sus ancestros. Lo que en su caso era una incierta nostalgia, en manos de nacionlistas y revolucionarios será el caballo de battalla que hará reventar el Imperio. El estilo de Roth oscila, según la necesidad, entre el lirismo y la ironía. Perfecto diseño de la novela, adecuando el destino de la familia Trotta al del Emperador.

Historia de Roma, de Indro Montanelli. El romano es un pueblo tan antipático como fascinante: severo, falto de imaginación y sensibilidad, pendenciero, pronto a la guerra, cruel en la victoria. Saquea con pareja brutalidad los tesoros materiales y espirituales de otros pueblos.

Montaigne: Nada noble se hace sin riesgo (I, XXIII)

Y en El Mundo encontramos este maravilloso rosario de mujeres jugando consigo mismas. Benditas sean. 

4 comentarios:

  1. Y el Job de Roth es maravilloso.

    A las 8 de la mañana comienzo con Montaigne. Luego un poema de Gonzalo Rojas.

    En el primer bloque de trabajo sigo con lo mismo: desde hace 5 meses estoy con el Romanticismo, ahora Novalis, y un libro de Albert Béguin: El alma romantica y el sueño.

    En el segundo bloque, desde hace un mes me dedico, un poco a la manera de Hans Castorp, a estudiar Neurociencia, con notas, de manera muy disciplinada, esperando no descuidar un solo detalle. Para descansar leo a dos divulgadores: Adam Zeman y Damasio.

    "El XIX en el XXI", de Domínguez Michael, me abruma su erudición, fina, solvente, incombustible. Un capítulo diario, en la noche, para tener ganas al día siguiente de despertarme muy temprano a seguir leyendo.

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  2. Eres un espartano de la lectura!

    Yo sigo con Montaigne poco a poco. He empezado Enero sin nombre, de Max Aub, una recopilación de sus relatos sobre la guerra civil y los campos de concentración franceses, y Autorretrato sin retoques, de Jesús Pardo, las memorias de un gran escritor y traductor santanderino. Además, ya casi he terminado la Historia de Roma de Montanelli.

    En la recámara, y aumentando, tengo para empezar:

    Erasmo y España, de Bataillon
    Cristianos sin Inglesia, de Kolakowski
    Confesiones, de San Agustín
    Papeles póstumos del club Pickwick, de Dickens
    El hombre sin atributos, de Musil

    Y unas cuantas relecturas. ¿Alguna recomendación? Un saludo!

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  3. Releí Casa desolada, Dickens me parece un prestidigitador brutalmente bueno. El brutal es porque comete pequeños errores que multiplicados son muy aparatosos frente al lector atento. Domínguez Michael dice que Dickens huele a cervecería, y conecta ese comentario con un ensayo de Chestertón vindicando a la vulgaridad de Dickens.

    Musil dice que Hans Castorp se masturbaba en sus tiempos libres, pero no lo veo envolviéndose con sus dos cobijas en su chaise lounge para luego masturbarse con discreción. Musil ignoraba mucho de Mann, esencialmente porque Mann nunca quiso relacionarse con otros escritores, mantener su gran fachada requería de soledad, y soledad, dice Kurze, es profundidad. También está el tema de la "papilla primigenia", de la represión de los instintos, de las pasiones: ahí están los ojos de Chauchat, la Rusia bolchevique, y por el otro, Settembrini, el escritor civilizatorio del que habla en Consideraciones de un apolítico. Domínguez Michael dice que el verdadero hombre sin atributos es Hans Castorp.

    Yo estoy por comenzar una lectura como se hacía antes de 1780 (el siglo manchado de tinta, según Schiller): lenta, detenida, paciente de A la busca del tiempo perdido, en la edición de Valdemar. Quizá me dedique todo un año sólo a eso.

    La literatura es un placer para aristócratas, me agobia ser un clasemediero. Estoy pensando seriamente en escribir una tontería que me deje dinero de por vida para dedicarme a leer sin que nadie me moleste. O por lo menos escribir algo adaptado al gusto literario de la época, no lo sé: "Mi amor propio es demasiado grande como para escribir mal", apunta Tolstoi en su diario, el 26 de noviembre de 1852.

    Recomendaciones: Omeros, de Walcott, I am a cat, de Soseki; hay un estudio de verdad maravilloso, deslumbrante sobre el sufrimiento en Occidente, genial, es de Fernando Escalante Gonzalbo, se llama La mirada de Dios, en Paidós. Los reyes taumaturgos de Marc Bloch, y Los sertones de Euclides da Cunha. De Blumenberg Descripción del hombre. Un ensayo de Luca Vanzago: Breve historia del alma. Hay un estudio de Amos Oz sobre el inicio de algunas novelas y cuentos: La historia comienza.

    Disculpa lo atropellado de mi mensaje, me voy en 2 minutos de viaje, a Guanajuato, en dos semanas vuelvo: me llego sólo a Montaigne, mucho papel y tinta.

    Un abrazo.

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  4. Hay ya una larga polémica sobre quién es EL escritor del siglo XX en alemán: Musil o Mann. De momento sólo he leído las grandes obras de Mann (excepto José y sus hermanos, que comenzaré en septiembre, me acuerdo de tu recomendación)así que no puedo juzgar.

    ¡Sí, sí, completamente de acuerdo! ¿No has soñado nunca, leyendo viejas novelas, con ser un rentista? Una modesta cantidad mensual, lo suficiente para libros y para vivir dignamente, ni siquiera una gran fortuna.

    Apuntados todos esos libros, especialmente Los sertones, que llevo años queriendo leer junto a Gran Sertón: Veredas, una de las mayores novelas que he leído nunca.

    Para complementar el de Domínguez Michael, ahí te va otro gran libro sobre la novela decimonónica:

    http://espitolas.blogspot.com/2009/12/en-el-corazon-del-hombre.html

    Guanajuato tiene una pinta estupenda. Pásalo bien!

    Un abrazo fuerte!

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