miércoles, 31 de marzo de 2010

Razones para ver "Mad Men"

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Mientras confecciono una entrada para exponerte las virtudes de Mad Men, aquí te pongo unas cuantas fotos de los dos pivones de la serie, Christina Hendricks, quien interpreta a la explosiva secretaria Joan Holloway, y January Jones, conocida en la serie como Betsy Draper, la bella esposa del protagonista.










jueves, 25 de marzo de 2010

Escuchas en Baltimore: "The Wire"

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Querido S.:

La HBO es una mina de joyas que merece explorarse en profundidad. En cualquier lista consultada acerca de "Las mejores series..." aparecen varias de esta cadena. Y con sobrados motivos: guiones cuidados hasta el puntillismo, excelentes ambientaciones, actores de primera, un exigente público de pago preparado para cualquier muestra de sexo, violencia, opiniones incorrectas, lenguaje obsceno, ataques a la religión y al gobierno, provechoso consumo de drogas... Entre las series que uno sigue semanalmente, es un placer recuperar alguna ya completada de la HBO y meterse una tripada de varios capítulos a la vez, disfrutando de la continuidad de la historia sin el molesto parón semanal. Es lo que he hecho con la primera temporada de The Wire.


El detective McNulty tiene un objetivo entre ceja y ceja: Avon Barksdale, un misterioso capo local que controla buena parte del tráfico de drogas en Baltimore. Pero el imperio criminal de Barksdale está sólidamente protegido: ninguno de los negocios que controla está a su nombre, es discreto hasta el extremo de no figurar su nombre en ningún registro público, delega en sus subordinados el trabajo sucio para que no se le pueda inculpar de nada etc. Pero un pequeño grupo de investigadores, en principio los deshechos de cada departamento, irá realizando tenazmente una labor de recopilación de información, de paciente observación de los métodos de los traficantes para hallar una grieta por la que ascender hasta los auténticos jefes. Para ello será fundamental la escucha, el sistema de pinchado de teléfonos y buscas con el que poder adelantarse a los movimientos de los narcos. Pero la investigación pronto adquiere ramificaciones inesperadas: la droga únicamente conduce a los elementos medios y bajos del sistema criminal; es el rastreo del dinero lo que lleva a los círculos más altos, al entorno de Avon Barksdale y más allá: a los capitostes de la política local.


En The Wire el naturalismo alcanza niveles inéditos en la ficción audiovisual. Los diálogos en su versión original (lamento decir que he visto la versión doblada) no los entendían ni los propios norteamericanos, según he leído: la mezcolanza de idiomas y jerga criminal que se habla en la calle es registrada fielmente. La banda sonora está compuesta únicamente por los ruidos de las cosas y por la música que se oye en bares, coches o apartamentos, nunca hay música ambiental. La iluminación ligeramente feísta ayuda a crear una distancia crítica con la narración. Los personajes están magníficamente diseñados e individualizados, las actuaciones son sobrias y precisas, todo está en su sitio. El ritmo de la serie es pausado, atento al detalle y a la sugerencia, sin sorpresas argumentales ni giros absurdos de la trama. El resultado es una serie impecablemente narrada, soberbiamente ambientada, irresistible.

Los personajes tienen la característica a mi juicio primordial que proporciona un buen guionista: una voz. Algo que proporciona coherencia y valor a todo lo que se mueve a su alrededor, independientemente de que ello sea banal o cotidiano. Tal vez el personaje más tópico sea el protagonista, Jimmy McNulty: brillante detective de Homicidios, tenaz e inteligente, lo empaña con un carácter insubordinado y disperso. A su lado hay otra excelente detective. esta vez de Narcóticos, Kima, fundamental para seguir el caso. El brillante y degradado detective Freamon, una resabiada versión de McNulty. El estúpido policía pero útil oficinista Pryzbylewski. Y en las calles tenemos al hábil Avon Barksdale, al inteligente y calculador Stringer, a los dubitativos D'Angelo y Wallace. El ambiente de los yonkis se nos hace palpable mediante el inteligente y escurridizo Bubbles. ¿Y qué decir del pistolero homosexual Omar? Tierno y valiente a la vez, tararea una pegadiza melodía cuando va a matar a alguien, un auténtico personaje de Sergio Leone.


Mención aparte merece el profundo conocimiento del terreno que demuestran sus dos guionistas, David Simon y Edward Burns. Simon cubrió los sucesos para The Baltimore Sun durante trece años, es decir, ha escuchado y narrado relatos de las calles de la ciudad durante toda su vida profesional. Por su parte, Burns era detective de homicidios. Los resultados de la interacción de esta extraña pareja no podían ser más estimulantes. Las costumbres de los narcotraficantes, su sistema hábilmente planificado para diversificar el trabajo, las luchas y rencillas con bandas rivales, la habilidad de los jefes para dirigirlo todo sin comprometerse en nada, la persecución de los soplones. El obsesivo y agotador trabajo de los detctives, las rencillas interdepartamentales, la castradora cadena de mando que supedita el trabajo policial a las ambiciones de los superiores con ganas de medrar. La codicia e influencia de los políticos, su connivencia con el crimen organizado a través de las donaciones (recordemos que el dinero no huele), sus presiones a los jefes de la policía para cortar de raíz cualquier investigación perjudicial para sus intereses. Todo ello se narra morosamente y con conocimiento de causa en The Wire.



La series es considerada una de las mejores (si no la mejor) de la historia de la televisión. Escuchemos lo que dice Alan Moore:

Entertainment Weekly: ¿Nunca se relaja y se limita a ver la tele?

Alan Moore: De manera selectiva, la mayoría en DVD. El pináculo de todo lo que he visto es The Wire. Es la obra televisiva más impresionante que nunca ha salido de America, probablemente la obra televisiva más importante, y punto.

Entertainment Weekly: Es un gran ejemplo de narrativa que lleva su tiempo.

Alan Moore: Por supuesto, ¡es televisión adulta! Es literaria. Llegamos a descubrir tantos variados aspectos diferentes de Baltimore, que logramos hacernos una imagen completa de la ciudad con todas sus implicaciones. Desde lo aleatorio, a los muchachos que se ocupan de los proyectos, las estructuras de poder con sus consejos de dirección, el departamento de policía o la oficina del gobernador. Y cuenta con unos escritores geniales: George Pelecanos y David Simon. Y tantos personajes increíbles: Bubbles, Omar. Así que, claro, todo lo demás parece una estupidez comparado con The Wire.

Entertainment Weekly: ¿Qué le parece el final?

Alan Moore: Aún no lo hemos visto. Me muero de curiosidad… ¡Así que no me cuentes nada!

Una serie extraordinaria, aparca lo que tengas en espera y ponte a verla ya. Te iré informando de las siguientes temporadas.

Un abrazo,

Á.

lunes, 22 de marzo de 2010

Providence, ciudad bizarra

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Querido S.:

Decía Borges que Nueva Inglaterra ha sido una tierra proclive a la literatura. Los puritanos que se establecieron en ella sembraron con su mentalidad rígida y pragmática la mente de numerosos escritores, dando frutos hermosos y extraños tales como La letra escarlata, de Hawthorne, los poemas severos y luminosos de Emily Dickinson, o el mundo carcomido y lleno de horrores de los relatos de Lovecraft. Es este último autor quien nos observa desde su atónita fealdad en la portada de Providence, la excelente y perturbadora novela de Juan Francisco Ferré.


Álex Franco es un cineasta underground que asiste al Festival de Cannes para presentar su primera película. Allí conoce a una ex estrella del celuloide ya entrada en años, Delphine, quien le ofrece participar en un extraño proyecto: dos jóvenes eslavos han elaborado un guión llamado Providence. Álex ha de desplazarse a dicha ciudad para desarrollar el guión y filmarlo. Debe además impartir clases de Historia del Cine en la universidad de Providence, Brown. Éste es el hilo conductor de la película. Perdón, de la novela.

Lo realmente interesante del texto es la multitud de influencias, tonos, opiniones sobre temas diversos y corrosivas apreciaciones de la realidad norteamericana que se cruzan en él. Al comienzo, el libro parece que relata una de las películas cercanas a la serie b del propio Álex: el ambiente extraño de los lugares semilujosos como el Festival de Cannes o el complejo hotelero marroquí, la sexualidad un tanto enfermiza de Delphine y su muñeca de plástico idéntica a ella. A lo largo de la novela, Álex se nos revela como un auténtico chingón, cepillándose tanto a editoras españolas (¿tal vez una críptica referencia a alguna editora real?) como a estudiantes americanas y europeas, a una colega profesora del campus y a una representante de las fuerzas del orden de Providence. Todas las mujeres del libro parecen estar deseando acostarse con Álex, quien aprovecha para divagar acerca de la sexualidad de estas mujeres tan distintas. Estas dos características de Álex, a saber: cineasta y erotómano, le relacionan con el bizarro director Jess Franco y sus producciones de serie b.

La extrañeza que tiñe la novela desde la aparición de Delphine se multiplica exponencialmente tras la llegada a Estados Unidos. Ya en el aeropuerto somos testigos de una escena estremecedora: Álex es detenido por presunto terrorista, por lo que se le encierra y tortura en una habitación. Pero a renglón seguido vemos a nuestro protagonista llegar a Providence como si nada hubiese ocurrido. ¿Realmente ha sucedido eso o ha sido sólo una alucinación, un sueño, un relato imaginario turbadoramente masoquista de Álex? Y es que apenas se ha instalado en la ciudad, una mano misteriosa le provee de una potente droga, la Blue Moon, que le ayuda a aclimatarse a su nuevo hábitat. Pero las ingestas constantes de la droga y el carácter progresivamente alucinatorio de lo que nos cuenta la novela nos hacen dudar de la cordura y la sobriedad de Álex. Nos adentramos en una parcela literaria próxima al paranoide Philip K. Dick, con sus conspiraciones alucinógenas y sus corporaciones maquiavélicas.

Sin saber por qué, Álex es considerado una pieza fundamental por varios miembros de sociedades ocultas de la ciudad. Poco a poco va conociendo una sórdida historia llena de sociedades secretas que promueven la segregación entre blancos y negros y la prostitución ritual. El propio Lovecraft fue miembro de una de esas sectas, dedicándose al asesinato ritual en connivencia con un miembro de la policía. Esta irreverente visión de Lovecraft, con prácticas homosexuales incluidas, es una de las partes más imaginativas y apasionantes de la novela. Muy lovecraftiano es el descenso al agusanado corazón de la ciudad, con túneles que atraviesan Providence de lado a lado. Y el "pacto con el diablo", de nombre Al-Razed, como el árabe loco que escribió cierto libro maldito recurrente en los textos del autor de Los mitos de Cthulhu.


El cine tiene una presencia aún mayor que la literatura en esta novela. Desde el nombre del protagonista, pasando por las numeras comparaciones basadas en elementos cinematográficos (cuando no tiene una cámara en la mano, Álex habla como si viese las cosas a través de una lente) hasta los cursos que imparte en la Universidad, donde desarrolla una particular visión de la historia del cine. Tiene especial relieve el análisis de Tiburón, rodada precisamente en las playas de Rhode Island, y que guarda paralelismos con la aparición de otro depredador blanco, el albino Andy Ross, quien junto a varios colegas fascistoides suyos sodomiza a Álex, dejándole física y emocionalmente devastado. El creciente desarraigo de Álex, no sabemos si a causa de los extraños sucesos que ocurren en la ciudad o debido al consumo de Blue Moon (lo que volvería una ilusión todo lo narrado), le sumen progresivamente en cierto grado de demencia.

Además de un guión deshilachado y de una ciudad de Nueva Inglaterra, Providence es el nombre de un videojuego que busca implicar al espectador a un nivel muy hondo. Asesinatos, torturas, todo tipo de violencia y sexo caben dentro de este videojuego. ¿Tal vez los habitantes de Providence (la ciudad) sean todos jugadores de ese excitante videojuego? ¿Será Providence (la novela) el monstruoso e irrealizable guión que al fin Álex consigue terminar? Son dos de las posibilidades (dos de tantas) que se nos pasan por la cabeza leyendo la novela. Novela enorme y adictiva, aunque en la segunda mitad se va volviendo más farragosa e informe. Lo que no quita que se lea con enorme placer. He aquí el blog del autor, por si te interesa.

Un saludo,

Á.

domingo, 21 de marzo de 2010

Cumple de Bach

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Gracias a dos enormes blogs dedicados a la música barroca, a saber: Branle de Champagne y Musikalische Opfer, me entero de que hoy cumple años Johann Sebastian Bach (1685-1750). Nada mejor para celebrarlo que escuchar algunas de las composiciones del gran músico alemán. Ahí te van algunas sugerencias.

Obras orquestales, por Masaaki Suzuki


Tres discos con lo mejor de la música para orquesta de Bach: los Conciertos de Brandenburgo y las cuatro Suites orquestales. En el blog Aliomodo tienes los enlaces para descargarlos.

Suites para violonchelo, por Jaap ter Linden


Hace no mucho te colgué la versión de Yo-Yo Ma, la cual provoca reparos entre los puristas al no estar interpretada con criterios acordes a la época barroca. Esta grabación de Jaap ter Linden, con criterios historicistas, puede satisfacer al entendido más exigente. Parte 1 y parte 2, tomadas de aquí.

Variaciones Goldberg, por Pierre Hantaï




Esta extraordinaria obra tardía está interpretada con mano maestra por el gran clavecinista Pierre Hantaï. La actuación está dividida en varios vídeos, con lo que la obra puede escucharse por entero.

martes, 16 de marzo de 2010

An jis mama crais

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Últimamente estoy más perezoso que un eurodiputado, así que aún teniendo varios temas en la manga sobre los que escribir (un par de libros, alguna que otra serie y una película), hoy sólo me da la cabeza para ver la enorme versión que el Príncipe Gitano perpetra de In the Ghetto. Estos días espero prodigarme más.


miércoles, 10 de marzo de 2010

Vallejo el exterminador

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Pocas voces en la literatura mundial de timbre tan amargo, pesimista, destructivo y visceral como la del colombiano Fernando Vallejo. Leo una entrevista tan seca y concisa como involuntariamente cómica (a ratos) a propósito de su último libro, El don de la vida. El parentesco literario más cercano en que uno piensa al leer a Vallejo es Thomas Bernhard. Ambos comparten, aparte de su tono iracundo, la afición por un estilo repetitivo y machacón de una impresionante eficacia a la hora de comunicar una negrísima visión del mundo. Aunque Vallejo se distingue por el uso constante de insultos, juramentos y palabras malsonantes, y por la descripción naturalista de su homosexualidad. Tal vez te suene una novela suya, La virgen de los sicarios, que fue adaptada al cine. Otro día espero hablarte más detenidamente de El desbarrancadero, un impresionante retrato/imprecación de su familia. Aquí te dejo una entrevista donde llama de todo a la Iglesia.


viernes, 5 de marzo de 2010

Poema

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CATECISMO DE BERCEO

aaaaaaaaaa1

Hacer que la palabra leve
pese como la cosa que se diga,
para lo que se la aísla de entre
lo frondoso en que se perdía.

aaaaaaaaaa2

Hacer que la palabra blanda
se adhiera al cuerpo de su cosa:
fundirlo en cosa sólida, espesa,
capaz de chocar con la próxima.

aaaaaaaaaa3

No dejar que saliente hable:
sí obligarla a la disciplina
de proferir el habla anónima,
común a todas, de una línea.

aaaaaaaaaa4

Ni dejar que la palabra fluya
como río que crece siempre:
canalizar el agua sin fin
en otras paralelas, latente.

João Cabral de Melo Neto, Museo de todo
(Trad. de Ángel Crespo)

jueves, 4 de marzo de 2010

Historias y canciones para el finde

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Sur la terre comme au ciel. Un jardin au Moyen Age, Ensemble Discantus & Alla Francesca


La música medieval nos puede deparar muy gratas sorpresas, como este maravilloso disco en el que se unen el húngaro Ensemble Discantus, conjunto femenino especializado en música medieval y renacentista, acompañados por el grupo Alla Francesca. No puedo decirte mucho de la música medieval, sólo que este disco suena de maravilla y las voces femeninas parecen llevarte al cielo. Lo puedes descargar en el fenomenal blog P. Q. P. Bach, donde encontrarás la mejor música clásica sí o sí.


La defensa, de Vladimir Nabokov


Para los auténticos maestros, el ajedrez supone una obsesión que permea todos los aspectos de la realidad. Luzhin es un joven genio del ajedrez que no sabe desenvolverse fuera del juego. Confunde las batallas en el juego con los sucesos de su vida real, así que se obstina en fabricar una defensa que le proteja de cualquier embite. Perteneciente a la etapa rusa de Nabokov, no tiene el endiablado estilo de novelas posteriores aunque destaca la conmovedora construcción de Luzhin.


Ciudades de la llanura, de Cormac McCarthy


Última parte de la Trilogía de la frontera, tiene de protagonistas a los de las dos partes anteriores. John Grady Cole y Billy Parham trabajan en un rancho cerca de la frontera mexicana. Cuando John se enamora de una prostituta, se deberá enfrentar al dueño del burdel por la posesión de la chica. Absolutamente inolvidables la persecución de los perros salvajes y el agonizante duelo a cuchilladas.

martes, 2 de marzo de 2010

Discazos: "River Deep - Mountain High", de Ike & Tina Turner

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Disco enorme en el que "Piernas" Turner muestra la garra habitual en ella. Le acompaña la carroña de su exmarido, a quien podemos ver en los vídeos.



1. River Deep Mountain High
2. I Idolize You
3. A Love Like Yours (Don't Come Knocking Every Day)
4. A Fool In Love
5. Make 'Em Wait
6. Hold On Baby
7. I'll Never Need More Than This
8. Save The Last Dance For Me
9. Oh Baby! (Things Ain't What They Used To Be)
10. Every Day I Have To Cry
11. Such A Fool For You
12. It's Gonna Work Out Fine



lunes, 1 de marzo de 2010

nesluneslunesluneslu

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Hocicando por Internet, fui a dar (por millonésima vez) con los Hechos de Chuck Norris, donde me ha saltado a la cara esto:

328. Chuck Norris enseñó a bailar a este tío: