lunes, 28 de febrero de 2011

"The Wire": todas las piezas importan

Baltimore. Sólo lo que importa puede hacer daño y a David Simon le duele Baltimore. Le duele la corrupción endémica de la casta política, pendiente únicamente del autobombo y el interés propio, ajena a los problemas reales de los ciudadanos e incapaz, por desidia y temor a la opinión pública, de proponer una solución eficaz a largo plazo. Le duele la impotencia del sistema educativo, del que saldrán generaciones de analfabetos que buscarán oportunidades mucho más atractivas en las calles. Le duele la aberrante guerra contra las drogas que desde hace décadas supone una de las mayores calamidades sociales y políticas tanto del primer como del tercer mundo. Pero también le gustan la gente de Baltimore, el habla cotidiana, las vidas de los que lo tienen todo en contra. Y dio buena cuenta de ello en The Wire. Y habla con lucidez y mala uva de la serie y de sus entresijos en The Wire. 10 dosis de la mejor serie de la televisión.


Este estupendo volumen de la editorial errata naturae se abre con una introducción del propio Simon donde habla de los orígenes de la serie en sus investigaciones previas, como periodista del Baltimore Sun, junto al equipo de Homicidios de la policía. La observación atenta de la realidad de los yonquis y criminales le dio una generosa perpectiva muy alejada de los reduccionismos y tópicos al uso. Fundamental también fue conocer al ex detective de Homicidios reciclado a profesor Ed Burns, que conocía al dedillo los entresijos de la ciudad. El libro continúa con una entrevista de Nick Hornby a Simon y con diferentes artículos que analizan diversos aspectos de la serie. Por último, un relato de uno de los guionistas, George Pelecanos




Muy grata lectura para los incondicionales de la serie que quieran profundizar un poco más. Como complemento, en este blog se puede descargar la banda sonora, una irresistible mezcla de canciones de hip-hop que gustarán incluso a los que, como yo, no les entusiasme el género, canciones de músicos locales de Baltimore (como el hipnótico tema que cierra todos los capítulos) o la pegadiza The Body of an American, de The Pogues, con la que el Departamento de Policía ameniza los velatorios de los agentes fallecidos. Y una buena noticia para los que disfrutaron Treme: en abril llega la segunda temporada.

The Wire. 10 dosis de la mejor serie de la televisión, vv. aa.
Introducción de David Simon
Relato inédito de George Pelecanos
238 págs
errata naturae

martes, 22 de febrero de 2011

Retrato del artista exhausto: "IvánZ"

Con música de jazz y la sonata para piano nº 13 de Beethoven se inicia este revelador documental de Andrés Duque sobre la enigmática figura de un auténtico cineasta de culto: Iván Zulueta. En alpargatas y bata azul, Zulueta charla con desinhibición de su vida, de un pasado convulso y de un futuro incierto. Me viene a la cabeza el amargo poema de Jaime Gil de Biedma:

  DE VITA BEATA
 
En un viejo país ineficiente,
algo así como España entre dos guerras
civiles, en un pueblo junto al mar,
poseer una casa y poca hacienda
y memoria ninguna. No leer,
no sufrir, no escribir, no pagar cuentas,
y vivir como un noble arruinado
entre las ruinas de mi inteligencia.

El director pasea por la casa de sus padres, cubierta por la yedra en la costa donostiarra, y habla del conjunto de azares que le llevaron a filmar su único largometraje (muy bien comentado en este foro), el mítico Arrebato (1980), que le debe tanto a la cinifilia del autor como a su adicción a la heroína. Los fetiches de Zulueta, los cromos y las viejas películas, salen a la luz en su faceta de cartelista. El rapto de inspiración que le permitió rodar Arrebato no se volvió a dar, y el documental muestra a un artista con ideas y talento, pero sin la voluntad férrea de darles forma. Abajo cuelgo este estupendo IvánZ, aunque se puede ver también en el blog Documaniático, lleno de documentales igual de interesantes.



IVÁN Z
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sábado, 19 de febrero de 2011

Pareja de detectives

Aunque me chiflan las novelas policíacas y cuando cojo alguna suelo devorarla de un tirón, mantengo el vicio a raya por la dispersión natural de mis gustos. Es decir, la curiosidad que siento por otro tipo de literaturas hace que durante períodos más o menos prolongados me mantenga alejado de la serie negra. Entre la apabullante variedad de la oferta que ofrece el género hoy día, sólo sigo regularmente a dos autores y a sus respectivos personajes: el desengañado y gruñón inspector Kostas Jaritos, de Petros Márkaris, y el cada vez más sobrenatural Charlie Parker, de John Connolly. Series muy distintas pero muy adictivas ambas (con algún que otro bajón). A este reducido grupo he añadido hace nada, a raíz de un artículo, la presencia de los detectives Patrick Kenzie y Angela Gennaro, hijos de la pluma de Dennis Lehane.


De Lehane sólo conocía algunas adaptaciones al cine de sus novelas (Mystic River y Shutter Island) y los guiones que redactó para la quinta temporada de The Wire, así que ya tenía ganas de hincarle el diente a alguno de sus libros. El elegido fue el primer volumen de la serie Kenzie/Gennaro: Un trago antes de la guerra. Kenzie y Gennaro, detectives de Boston y amigos desde la infancia, reciben el encargo por parte de un influyente político de encontrar unos documentos supuestamente sustraídos por una limpiadora negra. El asunto pronto se revela mucho más hondo y escabroso de lo que parecía en un principio. 

Opera prima de Lehane, el autor sitúa con precisión los antecedentes y el paisaje en el que se mueven sus personajes: él, hijo de un bombero local que lo maltrataba continuamente, es sarcástico y algo sentimental; ella, arisca y muy atractiva, está casada con un hombre que la maltrata. De la misma edad, criados en el mismo barrio, el componente generacional jugará un papel importante en sus historias. Además, Kenzie se siente muy atraído por su compañera, por lo que la línea argumental queda marcada para desarrollarla en el fututo. En este primer episodio se enfrentarán a la corrupción institucional, al abuso de poder y al racismo de la élite política de Boston. Kenzie, narrador de la historia, preferirá hacer justicia a cumplir con su trabajo.




La segunda novela de la serie (muy bien comentada en el estupendo  Un cadáver en mi blog), Abrázame, oscuridad, cambia radicalmente de tono. Si Un trago antes de la guerra me recordaba los casos de Philip Marlowe (el detective enfrentado a los poderosos con su rectitud moral, su sentido de la observación y su sarcasmo), la siguiente entrega se mete en terrenos más próximos a El silencio de los corderos o a las novelas de Charlie Parker (sin el toque sobrenatural): nos adentramos en los siniestros parajes del asesino en serie. El microcosmos privado de los detectives, el barrio donde crecieron, se transforma en un entorno de pesadilla, caldo de cultivo de los peores dementes que existen.

Dos novelas adictivas y muy bien narradas (es de destacar la traducción a cargo de Ramón de España). En cuanto a los defectos, mencionaría la sujeción de algunos personajes al arquetipo (los duros son duros y no hay quien los saque de ahí), cierta previsibilidad en las subtramas (la atracción Kenzie/Gennaro, reforzada por el colegueo de los demás personajes y por el mal aprovechado personaje de Phil, el marido de Angela) y un comodín del narrador similar al de Angel y Louis en las novelas de John Connolly: en este caso se trata de Bubba, una bestia parda que mata gente por Kenzie y evita que todas las personas a las que éste cabrea (y son muchas e importantes) acaben con él. Y además, un universal del género: no existe la obstrucción a la justicia. Los detectives ocultan pruebas e información y nunca les pasa nada. Pero más allá de todo esto, son dos novelas muy recomendables (para mi gusto, especialmente la primera) y difíciles de soltar.

Un trago antes de la guerra, de Dennis Lehane
336 págs
Serie Negra
RBA Editores


Abrázame, oscuridad, de Dennis Lehane
427 págs
Serie Negra
RBA Editores

miércoles, 16 de febrero de 2011

Bachianos del s. XX

La exquisita mezcla de sensibilidad e inteligencia de la música de Bach ha golpeado con fuerza todo oído por el que ha pasado. En el s. XX dos compositores tan distintos como Dmitri Shostakovich y Heitor Villa-Lobos entablaron un fecundo diálogo con la obra del compositor alemán para forjar dos obras de calidad extraordinaria: los 24 Préludes & Fugues y las Bachianas Brasileiras, respectivamente. En algún sitio he leído que una obra de Hindemith, Ludus tonalis, se compone de una serie de fugas al modo de Bach aunque no he conseguido dar con ninguna grabación. ¿Alguien sabe de más obras influidas por el viejo Johann Sebastian?

Dmitri Shostakovich, 24 Preludes & Fugues


El compositor soviético elaboró estas 24 piezas basándose en El clave bien temperado, tamizando la técnica contrapuntística de Bach con su esquiva personalidad. La versión de Tatiana Nikolayeva es sencillamente magistral. En el infaltable blog P. Q. P. Bach está a disposición de todos. Una versión distinta e igualmente interesante: la del gran Keith Jarrett, disponible en Da capo a rapo y en El resto es ruido.

Heitor Villa-Lobos, Bachianas Brasileiras


Una auténtica maravilla son estas Bachianas Brasileiras, donde el gran Villa-Lobos funde la música de Bach con el folclore brasileño, creando unas piezas irresistibles. Entre las versiones que he escuchado, esta de Isaac Karabtchewsky me parece especialmente afortunada. Dos opciones de descarga: en Megaupload en el blog O ser da música, y en Rapidshare o Mediafire en O criminoso sempre retorna ao local do crime. ¡Buena audición!

lunes, 14 de febrero de 2011

Anatomía del puro

Ahora que los fumadores han sido expulsados sin piedad del espacio público, supongo que el ingenio de la gente se agudizará para habilitar espacios donde poder darle al vicio. Los consumidores de cigarrillos pueden realizar el humillante ritual de salir a la intemperie para dar unas caladas, pero el aficionado al noble arte de los puros lo tiene mucho más crudo. El puro requiere tiempo y tranquilidad (dar cuenta de un puro de pequeñas dimensiones puede llevar media hora), y no puede apagarse y encenderse sin que pierda buena parte de sus cualidades. Supongo que los fumadores de puros (aun los que sean tan esporádicos como yo, que puedo estar meses sin llevarme uno a los labios) esperan impacientemente la llegada de la primavera y el buen tiempo que hará posible repantingarse en las terrazas de los establecimientos y fumar a mansalva.


Para los amantes del mundo del habano ha aparecido un libro en la editorial Larousse espléndidamente editado: Puros, escrito por Guillaume Tesson e ilustrado con fotografías de Luc Monnet. El libro realiza un completo repaso por el proceso y los lugares de fabricación del puro. Se centra especialmente en La Meca de los fumadores: Cuba, tierra nativa de maravillas como el Romeo y Julieta, el Partagás, el H. Upmann o el célebre Cohiba. El autor pasa de puntillas por la situación social y política de la isla y se centra en los misterios de la fabricación del habano: desde la plantación y la selección de la hoja hasta la deshumidificación y el control de calidad. Aunque hay salvación fuera de Cuba: encontramos cepas muy interesantes en la República Dominicana (el famoso Davidoff), en Nicaragua, en Filipinas o incluso en Camerún. Es cuestión de perseverancia el ir conociendo los variados placeres que el cosmopolita mundo del puro ofrece.


Aunque cada día se le ponen más trabas al fumador y su estatus social empieza a ser el de un intocable (no faltará quien dentro de poco le acuse de homicida), recomiendo muy vivamente iniciarse o, en caso de ya conocerlos, profundizar en los gozosos misterios del puro. Parece ser que cada vez más mujeres descubren este mundo e incluso se especializan en él, una gratísima noticia. La variedad de placeres y el goce que no dañe a los demás son las señas de identidad del hedonista. Nuestra divisa.

Puros, de Guillaume Tesson
Con fotografías de Luc Monnet
Larousse

miércoles, 9 de febrero de 2011

Despiderman

El Jueves ha caracterizado perfectamente la gestión del presidente más nefasto de la democracia. Y, además, un genial añadido. Tomado de FinoFilipino.


martes, 8 de febrero de 2011

Asuntos de interés

He aquí lo que he ido espigando de los periódicos estos días:

1. Google ha llevado a cabo un acuerdo con varios museos internacionales para digitalizar parte de sus fondos. La calidad y nitidez de la imagen pasman.

2. Más artículos sobre la ley antitabaco: Luis Racionero denuncia el liberticidio y abuso de autoridad que supone mientras Josep Tomás, por su parte, nos habla de la erótica del cigarro.
 

3. António Lobo Antunes, grande entre los grandes, habla sobre el venerable y poco reconocido arte de la traducción y recuerda a quien fue extraordinario traductor de sus libros, Mario Merlino

4. La apasionada relación del músico Iannis Xenakis con la arquitectura.

5. Un interesante análisis de Mayo del 68.

6. Vivir y morir en Los Ángeles (To Live and Die in L.A., 1985), un thriller que me ha dejado con la boca abierta, protagonizado por el célebre William Petersen (o Grisson, para los que no le conozcan por su nombre real), cuyo personaje me ha recordado mucho al visceral Vic MacKey, de The Shield. Un par de blogs comentan el extraordinario final de esta serie y hacen una evaluación general de la serie, una de las mejores que he visto (espero elaborar un post al respecto dentro de poco). Aquí puede descargarse la película en v.o.s. (los subtítulos buenos son los segundos).


domingo, 6 de febrero de 2011

Astor Piazzolla por él mismo (y por otros)

La fascinante música de Piazzolla, una irresistible mezcla de algunos de los mejores compositores del s. XX y de una profunda recreación del tango, lleva acompañándome muchos años. El tango parte de una localización geográfica muy concreta (Buenos Aires) para erigirse, por sus propias carácterísticas y por el talento de algunos de sus ejecutores, en música universal. Aunque tal localismo tiene un correlato negativo (característica que comparte con el flamenco): un conservadurismo acérrimo, el rechazo a toda aportación foránea y el ninguneo de todo aquél que se salga del cauce marcado por la costumbre. Todo ello ayuda a explicar el controvertido recibimiento que ha merecido la música de Astor Piazzolla (1921-1992) en Argentina, explicado desde varios puntos de vista en el muy interesante libro en el que el periodista Natalio Gorin ha recogido las transcripciones de varias charlas con el músico, junto a los testimonios de muchos de los que le conocieron: Astor Piazzolla. Memorias.


La infancia del pequeño Astor transcurrió en Nueva York, donde sus padres habían recalado en busca de mejores oportunidades que en Argentina. El barrio era un hervidero de conflictos étnicos (italianos, judíos etc. Véase la obra maestra absoluta Érase una vez en América, de Sergio Leone, para echarle un ojo al Nueva York de la primera mitad del s. XX) y el joven Astor, pese a un defecto de nacimiento por el que tenía una pierna defectuosa, se integró perfectamente, partiéndose la cara y después jugando con los demás niños, como han hecho todos los chavales que en el mundo han sido. Allí recibió sus primeras clases de piano (pagadas con deliciosas fuentes de pasta; el hambre apretaba) y realizó ejercicios de contrapunto y composición estudiando a Bach y a algunos compositores contemporáneos. Pronto sintió admiración por Gershwin, Bartók y Stravinsky, influencias que más bien serían una rémora una vez la familia Piazzolla se mudase de nuevo a Argentina, donde los maestros querían escuchar piezas de tango, no lo que se oía en Norteamérica.




Casi adolescente aún se traslada a Buenos Aires desde el pueblo donde vivía. Empieza a trabajar en la orquesta de Aníbal Troilo (con quien mantendrá una gran amistad hasta la muerte del Gordo, como le llamaban cariñosamente) y a dar clases con el compositor Alberto Ginastera gracias a una inesperada cortesía de Artur Rubinstein (ver vídeo supra). Tiempo después se traslada a París para estudiar con Nadia Boulanger, quien definitivamente le orienta a perseverar en el tango. A partir de entonces, Piazzolla se lanza a desarrollar una personalísima versión del tango, mezclándolo con las múltiples influencias que su atención y sensibilidad iban recogiendo del espectro musical. Es de destacar el perseverante estudio al que se sometió Piazzolla, siempre ávido de aprender cosas nuevas y perfeccionarse. En lugar de aprender sólo de un maestro que le enseñase únicamente el angosto camino del tango, buceó en la música clásica y en el jazz para componer piezas de una complejidad e innovación que causaron horror en los tradicionalistas.




Entre polémicas, estrecheces económicas y algunos éxitos fue creciendo la obra de Piazzolla, cuya popularidad se extendía a todo el mundo. Ello favorecía las polémicas de negocios, agravadas por el carácter difícil del músico. En el libro, Gorin acierta al incluir varios testimonios contrapuestos de la familia de Piazzolla, por un lado, y de su productor por otro, envueltos en litigios desde hace años. También abundan los relatos del carácter intratable e intolerante del músico, preocupado obsesivamente por la interpretación correcta de su música. Un libro, en fin, interesante y muy completo tanto para los fans de Piazzolla como para los que quieran adentrase por primera vez en esta sensacional música. En esta página, pueden descargarse varios discos del autor, de los que recomendaría un par de ellos:

Hora Zero (1986)


La Camorra (1989)



viernes, 4 de febrero de 2011

Blackie Books, contraculturales

Los años 60 fueron un hervidero de ideas que propiciaron muchos cambios sociales y culturales. La rebelión contra todo tipo de autoridad, la experimentación con drogas, la liberación de la mujer o la libertad sexual fueron detonantes de muchos cambios en la mentalidad colectiva, no todos buenos. El soplo de libertad fue refrescante y profundo, pero no todo el mundo supo usarlo adecuadamente. Mucha de la producción literaria de esa época permanece inédita en España, así que la editorial Blackie Books se ha lanzado con decisión a subsanar tal carencia con la publicación de unos libros esmeradamente editados, guardando con mimo las peculiaridades del original. Fruto de esta labor son dos libros muy interesantes: La pesca de la trucha en América, de Richard Brautigan, y Do It! Escenarios de la Revolución, de Jerry Rubin.


La novela de Brautigan, un heterogéneo almanaque que junta excursiones por diversas partes de América en busca de truchas, recetas de cocina, encuentros con paletos, indicaciones para la edición de su propio manuscrito, y otros muchos asuntos más, cuenta las andanzas de Brautigan con su mujer y su hijo durante una excursión de pesca. Y lo llamo novela aprovechándome un poco de la laxitud del género, pues no sabría cómo definir este clásico de la contracultura narrado con un estupendo sentido del humor y una visión reflexiva muy entroncada en el paisaje americano tal como lo veían clásicos como Thoreau. Una mirada muy personal a la América de la época por alguien que fue abandonado de niño en una gasolinera, sufrió una dura terapia de electroshocks y se suicidó de un tiro en la cabeza. 


Do It!, por su parte, es el testimonio de uno de los activistas más impresentablemente cómicos de todos los tiempos. Jerry Rubin era un chaval de una modesta familia judía que incluso estuvo un tiempo en un kibbutz hasta que el espíritu de la época (esto es, la droga y el amor libre) se cruzó en su camino. Entonces se asoció con otros individuos semejantes y se dedicaron a una propagar una revolución pacífica pero muy ruidosa y trochantemente espectacular que tuvo en vilo a toda América a finales de los 60. Nadie les podrá acusar de inconsecuentes, pues predicaron con el ejemplo el amor libre, el consumo de todo tipo de estupefacientes, el nudismo y todo lo que se estilase en aquella época haciendo gala de un sobresaliente talento publicitario. Entre sus logros más espectaculares se encuentran la creación de una cadena humana que rodeaba el Pentágono (con el objetivo de hacerlo levitar) o la presentación de un cerdo a la presidencia de EEUU (una de las partes más descacharrantes del libro es la selección del "candidato").

Dos libros sensacionales llenos de humor y frescura (pese a haberse publicado hace más de 40 años). Y, para ahondar más, recomiendo vivamente zambullirse en el catálogo de Blackie Books, lleno de propuestas sugerentes y atrevidas. Próximo objetivo: Lamentaciones de un prepucio, de Shalom Auslander. ¡Grata lectura a todos!

miércoles, 2 de febrero de 2011

Serie negra europea

¿Realmente existe el cine policíaco europeo? ¿No es un oxímoron? ¿Va más allá de la serie Rex y de algunos telefilmes de sobremesa? Si esta ignorancia es poco excusable para el cinéfilo, es mucho más imperdonable existiendo un libro como Euronoir. Serie negra con sabor europeo, un completísimo y muy ameno manual editado por Jesús Palacios que disecciona la amplia y variada producción de género policial aqueste lado del Atlántico.


Euronoir hace un pormenorizado repaso país por país, comenzando por Francia. Hundiendo sus raíces en la literatura popular, plagada de crímenes, acción, romance, finales inesperados y la ceración de personajes que dedican su gran inteligencia a hacer el mal (con Fantomas a la cabeza), el policial francés pronto adquirió características propias bien diferenciadas de su colega americano: frente al criminal ambicioso, hiperactivo y nervioso típico de las películas hollywoodienses, el hampón a la francesa es retraído, pausado y fatalista, representado ejemplarmente por los personajes de Jean Gabin. El llamado realismo poético levantó múltiples historias de malhechores que aceptaban estoicamente un destino amargo, sin una palabra de queja. Ello dio paso al polar (contracción de roman policier), fuertemente influenciado por el hard boiled norteamericano, en el que destacan nombres como Jean-Pierre Melville o Claude Chabrol. El género daría ampliamente de sí hasta los años 70, y en la actualidad buena parte de los realizadores galos con más talento se valen del film noir para contar historias llenas de nervio.

Italia también ha desarrollado un género policíaco amplio y bien definido: el giallo (amarillo, en italiano; se le llama así porque las cubiertas de las ediciones populares de novela policíaca eran amarillas), una extraña mezcla de tramas de intriga y todas las patologías sexuales imaginables. Aunque en realidad la trama era lo de menos, supeditada a la creación de una atmósfera sórdida y opresiva. Con una carga de fuerte denuncia social, el giallo ha producido películas verdaderamente singulares de manos de gente como Mario Bava, Lucio Fulci o Dario Argento.


En Alemania el género también tuvo su momento. El llamado Krimi (abreviatura de Kriminal; se han roto la cabeza) se nutrió en demasía de novelas inglesas, y ha engendrado una obra maestra como El amigo americano, de Wenders, personal revisión del género. Inglaterra contó con actores de la talla de Alec Guinness o Michael Caine para contar duras historias sobre el tradicional clasismo inglés o la pésima instrucción que la juventud inglesa recibía tanto de conservadores como de laboristas. Por cierto, una de las partes más interesantes del libro la constiuyen unos fragmentos de la autobiografía de Caine, contada con ritmo y sentido del humor. ¿Alguien sabe si está traducida al castellano?

La última parte del libro recorre las malandanzas del noir en nuestra piel de toro, tanto en cine como en novela o cómic. Durante la dictadura se rodaron algunos filmes estimables pese a las numerosísimas trabas que el Antiguo Régimen meapilas e hipócrita impuso. Ya en democracia, cuando los cineastas españoles se han alejado de la comedia sentimentaloide, han rodado unos noirs de resultados desiguales, destacando el trabajo de Daniel Calparsoro.

Un libro apasionante y muy recomendable tanto para los aficionados al policíaco como para los que quieran ahondar en zonas menos estudiadas de la producción europea, especialmente significativas en los 60 y 70. A continuación recomiendo algunos filmes euronoirs para aquellos que quieran meterse en harina. Hay que pinchar en el título de cada uno para ir al enlace correspondiente. Que los disfrutéis.


Euronoir. Serie negra con sabor europeo
Jesús Palacios (Ed.)
431 págs
T&B Editores
  

















martes, 1 de febrero de 2011

Discazos: "Desire", de Bob Dylan

Se me ha hecho difícil escoger entre todos los discos de Bob Dylan pero finalmente me he decantado por Desire (1976), una joya de la época de la Rolling Thunder Revue. Contiene, además de la celebérrima Hurricane, joyas como One More Cup of Coffee o Romance in Durango. Supuso un enorme éxito de ventas para Dylan y un preludio de los directos de su mejor época, con un combo orquestal insuperable. Varias opciones de descarga: en este blog se puede bajar desde Rapidshare, aquí en Mediafire y en Vooxi (anteriormente Vagos) lo encontramos, junto con toda la discografía, en Megaupload.


1. Hurricane
2. Isis
3. Mozambique
4. One More Cup Of Coffee
5. Oh. Sister
6. Joey
7. Romance In Durango
8. Black Diamond Bay
9. Sara


Timsah.com
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