miércoles, 31 de agosto de 2011

Apuntes de verano (y VIII)

Último día de agosto y, al menos en el norte, parece que no ha habido verano.

Fernando Vallejo gana un sustancioso premio literario. Buena excusa para releer esa joya llamada El desbarrancadero. Pueden cansar los repetidos exabruptos del autor, sus filípicas contra el género humano y su animalismo, pero no hay duda de que posee un estilo de una fuerza incomparable. 


Aunque he leído bastante estos días, lo más reseñable es, sin duda, una serie: Breaking Bad. La brutalidad de un estado frenterizo entre la verdad y la mentira, lo legal y lo ilegal. Los sinsabores de la honradez y el dinero fácil de la droga (lo que hace decir a los jóvenes mexicanos, muy conscientes de que vivirán poco y rezumando nihilismo: más vale tres años como rey que treinta como buey). Un estilo manierista con imposibles ángulos de cámara. Y, sobre todo, por encima del excelente protagonista Bryan Cranston, un soberbio Aaron Paul como Jesse Pinkman, uno de las mejores conjunciones trabajo actoral-guión que he visto.

Y, para terminar, lo de costumbre (sacado de aquí):

2 comentarios:

  1. A mí me encanta Cranston. Me guío a la hora de juzgar actores por un truco simple (entre otros criterios): si es capaz de hacer papeles distintos, opuestos, de bueno, de malo, de cabrón, de nenaza, etc., y en todos es creíble, ése es un actorazo. Cranston hace varios de esos papeles sin necesidad de salir de una sola serie, Breaking Bad. O compararle, por ejemplo, con su papel en Malcolm in the Middle (gran serie que veía de chaval). Me tuvieron que decir que era el mismo tío.

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  2. Por supuesto, a mí también me gusta mucho Cranston pero creo que Aaron Paul hace un trabajo al borde de la perfección: a ratos tierno, a ratos cruel, lúcido, desquiciado... Lo borda!!

    Y el que me encanta también es Saul Goodman, el abogado. Vaya crack.

    Acabo de terminar la 3ª temporada. Vaya final.

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