miércoles, 15 de agosto de 2012

Vocación


Leo lo escrito y no me gusta demasiado. Espero tener tiempo suficiente para corregirlo, pienso, sabiendo que no me alcanzaría todo el tiempo del mundo porque es muy poco todo el tiempo que le queda al mundo y que, en realidad, el destino de todos nosotros, los escritores que obedecemos al llamado de la vocación y no al afán de lucro, no es más que una continua búsqueda de pretextos para diferir el momento de tomar la pluma.

Rodrigo Fresán, La velocidad de las cosas

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