En cuanto a la relación entre un artista de la clase que sea y un dictador, podríamos afirmar que, en lo referente al artista, cuanto más lejos mejor. Las humillaciones y sevicias de las que son objeto los que rodean al tirano no pueden sino dañar la independencia y el juicio del artista, aunque bien es cierto que por la misma proyección pública de su trabajo, esto es, por la necesidad de un interlocutor, el artista se ve continuamente expuesto a los rigores de una opinión pública que no es tal, sino las directrices ideológicas de un régimen. Impresionante a este respecto es la trayectoria de Shostakovich, quien sufrió las crueldades de un régimen tan letal como la Rusia de Stalin pero consiguió crear, a su vez, una obra tremendamente personal. Este documental ilustra muy bien esa "zona gris" (que diría Primo Levi) en la que se mueve el artista enfrentado al tirano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario