domingo, 7 de febrero de 2010

Lecturas de Shakespeare. II. "Sonetos"

a
Querido S.:

Los Sonetos de Shakespeare tal vez sean la parte más controvertida de su producción. Desde la misma dedicatoria, redactada por el editor, esta colección de 154 poemas ha sido objeto de numerosísimas especulaciones para relacionarlos con la vida del dramaturgo. El "yo lírico" que habla en el poema ha dado pie a torrentes de páginas impresas en las que se le quería unir al "yo real" del autor. Lo que no admite especulaciones es la inmensa belleza de estos sonetos.

Uno de los principales motivos de debate ha sido la relación triangular que a menudo se evidencia en el texto. En efecto, Shakespeare dedica sus versos tanto a una dama como, en ocasiones, a un caballero. En este último caso el lenguaje de la amistad parece confundirse a veces con el del amor. Puedes imaginarte la cantidad de polémicas, estudios, reivindicaciones gays, etc. que ha causado esto. Shakespeare parece considerar, al modo griego, que una auténtica relación afectiva sólo puede darse entre hombres, sólo dos varones pueden estrechar con validez los lazos de la amistad. Pero la mujer tiene algo de lo que el hombre carece, a saber: cuerpo de mujer. Aquello que atrae a todo hombre y que otro hombre no puede darle. Si Shakespeare mezcló en ocasiones ambas cosas, no lo sabemos.


El tema fundamental de los Sonetos, aparte del amoroso, es el tiempo. Shakespeare está obsesionado con la perduración: el primer ciclo temático de la obra está dedicado a instarle a la amada a tenga descendencia para que así sus rasgos continúen en alguien después de su muerte. En varias ocasiones reflexiona sobre la capacidad de los versos que está componiendo para permanecer en la memoria de los hombres.

LX

Se afanan por llegar, nuestros minutos,

como olas a la orilla, a su final,

y cada cual reemplaza al que, a su turno,

luchaba para no quedarse atrás.

Primera luz, el nacimiento avanza

hacia la madurez, donde se enciende;

eclipses zafios lidian con su estampa

y el tiempo le reclama su presente.

El tiempo, que sustrae la lozanía,

socava la belleza con arrugas,

se nutre de lo extraño de la vida

y si algo se resite, su hoz lo trunca.
aaaaaNo obstante espero que su mano cruel
aaaaadeje a mi verso en pie, y a ti con él.

El lenguaje shakespeariano es notablemente "incorrecto", muy alejado de la tradición petrarquista de los dientes como perlas y los ojos como estrellas. Abunda por ejemplo el lenguaje económico, en el que se habla de préstamos o pérdidas. En fin, esta edición de Galaxia Gutenberg con un interesante prólogo de Claudio Guillén y una atractiva traducción en rima asonante de Andrés Ehrenhaus es una buena manera de adentrase en esta gran colección de poemas.


1 comentario:

  1. Lean la última traducción de los Sonetos de Shakespeare, a cargo de Ramón Gutiérrez Izquierdo en Visor. Sin duda alguna, la mejor de cuantas han visto la luz en castellano. Grandiosa y de una belleza incomparable. Además, el volumen incluye comentarios de todos los sonetos.

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