miércoles, 2 de febrero de 2011

Serie negra europea

¿Realmente existe el cine policíaco europeo? ¿No es un oxímoron? ¿Va más allá de la serie Rex y de algunos telefilmes de sobremesa? Si esta ignorancia es poco excusable para el cinéfilo, es mucho más imperdonable existiendo un libro como Euronoir. Serie negra con sabor europeo, un completísimo y muy ameno manual editado por Jesús Palacios que disecciona la amplia y variada producción de género policial aqueste lado del Atlántico.


Euronoir hace un pormenorizado repaso país por país, comenzando por Francia. Hundiendo sus raíces en la literatura popular, plagada de crímenes, acción, romance, finales inesperados y la ceración de personajes que dedican su gran inteligencia a hacer el mal (con Fantomas a la cabeza), el policial francés pronto adquirió características propias bien diferenciadas de su colega americano: frente al criminal ambicioso, hiperactivo y nervioso típico de las películas hollywoodienses, el hampón a la francesa es retraído, pausado y fatalista, representado ejemplarmente por los personajes de Jean Gabin. El llamado realismo poético levantó múltiples historias de malhechores que aceptaban estoicamente un destino amargo, sin una palabra de queja. Ello dio paso al polar (contracción de roman policier), fuertemente influenciado por el hard boiled norteamericano, en el que destacan nombres como Jean-Pierre Melville o Claude Chabrol. El género daría ampliamente de sí hasta los años 70, y en la actualidad buena parte de los realizadores galos con más talento se valen del film noir para contar historias llenas de nervio.

Italia también ha desarrollado un género policíaco amplio y bien definido: el giallo (amarillo, en italiano; se le llama así porque las cubiertas de las ediciones populares de novela policíaca eran amarillas), una extraña mezcla de tramas de intriga y todas las patologías sexuales imaginables. Aunque en realidad la trama era lo de menos, supeditada a la creación de una atmósfera sórdida y opresiva. Con una carga de fuerte denuncia social, el giallo ha producido películas verdaderamente singulares de manos de gente como Mario Bava, Lucio Fulci o Dario Argento.


En Alemania el género también tuvo su momento. El llamado Krimi (abreviatura de Kriminal; se han roto la cabeza) se nutrió en demasía de novelas inglesas, y ha engendrado una obra maestra como El amigo americano, de Wenders, personal revisión del género. Inglaterra contó con actores de la talla de Alec Guinness o Michael Caine para contar duras historias sobre el tradicional clasismo inglés o la pésima instrucción que la juventud inglesa recibía tanto de conservadores como de laboristas. Por cierto, una de las partes más interesantes del libro la constiuyen unos fragmentos de la autobiografía de Caine, contada con ritmo y sentido del humor. ¿Alguien sabe si está traducida al castellano?

La última parte del libro recorre las malandanzas del noir en nuestra piel de toro, tanto en cine como en novela o cómic. Durante la dictadura se rodaron algunos filmes estimables pese a las numerosísimas trabas que el Antiguo Régimen meapilas e hipócrita impuso. Ya en democracia, cuando los cineastas españoles se han alejado de la comedia sentimentaloide, han rodado unos noirs de resultados desiguales, destacando el trabajo de Daniel Calparsoro.

Un libro apasionante y muy recomendable tanto para los aficionados al policíaco como para los que quieran ahondar en zonas menos estudiadas de la producción europea, especialmente significativas en los 60 y 70. A continuación recomiendo algunos filmes euronoirs para aquellos que quieran meterse en harina. Hay que pinchar en el título de cada uno para ir al enlace correspondiente. Que los disfrutéis.


Euronoir. Serie negra con sabor europeo
Jesús Palacios (Ed.)
431 págs
T&B Editores
  

















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