viernes, 4 de septiembre de 2009

Frío, hambre y belleza

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Habrás visto en los periódicos que se estrena la última película de Viggo Mortensen, La carretera, basada en la novela de Cormac McCarthy. La he leído hace nada y te la recomiendo vivamente: un hombre y su hijo cruzan una América devastada por lo que parece haber sido un desastre nuclear. No hay muchos supervivientes, la fauna y la flora están arrasadas y es peligroso permanecer en un mismo lugar mucho tiempo. Algunos supervivientes se han agrupado en bandas que cazan a otros humanos para alimentarse. En ese mundo terrible e inhóspito el hombre procura cuidar a su hijo y cuidar que no se apague la tenue llama de humanidad que aún posee.


Tal vez te suene McCarthy porque recientemente los Coen adaptaron otra de sus novelas: No es país para viejos (una de las pocas películas suyas que me gustan. Hace poco vi Muerte entre las flores y menudo tostón). En toda la obra de este escritor se repiten una serie de constantes: el hombre solitario y desarraigado, la dura pugna contra la naturaleza para obtener medios con los que subsistir, la violencia desmedida de los hombres, la constatación de que, a pesar de todo ello, hay fuentes de dicha y belleza por las que merece la pena vivir.


Donde mejor se muestra el mundo de McCarthy y donde está, a mi juicio, lo mejor de su obra es en la llamada Trilogía de la frontera, compuesta por tres novelas: Todos los hermosos caballos, En la frontera y Ciudades de la llanura. En ellas el autor ha actualizado el western con un vigor y una maestría difíciles de encontrar en el cine. De Todos los hermosos caballos se ha hecho una película protagonizada por la pedorra de nuestra Penélope que, según he oído, es un bodrio descomunal. Que eso no te haga ignorar una de las mejores novelas de los últimos veinte años: la historia de un joven vaquero, a mediados del s.XX, que marcha a conocer mundo. Por el camino hallará dolor, amistad, amor. En la frontera es, a ratos, aún mejor que el libro anterior. La primera parte, en la que el protagonista atrapa y domestica a una loba, es inolvidable. Sin embargo, la novela no está tan bien construida como la anterior y a ratos resulta un poco larga. Me queda por leer la tercera novela, pero tranquilo, que no tardará.


Así que dale leña al manzano y ponte a leer a McCarthy a la voz de ya. Con esto y Paper planes de M.I.A., que aparece en la banda sonora de Slumdog Millionaire (típica historia de cuento de hadas holliwoodiense/bolliwoodiense, aunque contada con bastante más gracia, y además sale la gupísima Freida Pinto), te dejo.




Un abrazo.

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