Pocas trayectorias literarias tan fulgurantes como la de Arthur Rimbaud. A diferencia de la música o el ajedrez, la literatura es un arte "tardío", es decir, un campo en el que la excelencia se alcanza con el paso del tiempo. Por ello, no hay alguien equivalente a Mozart en el mundo de las letras. Hasta la llegada de Rimbaud, quien escribió la totalidad de su obra poética antes de los 20 años. Luego la inspiración parece abandonarle y marcha al entonces poco explorado continente africano, dedicándose al tráfico de armas. La figura inimitable de Rimbaud es objeto de una exposición a cargo del especialista Claude Jeancolas (esperemos que alguna editorial se arriesgue a traducir su biografía del poeta y su Diccionario Rimbaud), quien rastrea la influencia rimbaudiana en el arte posterior.
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