miércoles, 16 de junio de 2010

La fuente griega

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"Este castigo de rigor geométrico, que sanciona automáticamente el abuso de la fuerza, fue objeto de meditación entre los griegos. Constituye el alma de la epopeya; con el nombre de Némesis, es el motor de las tragedias de Esquilo; los pitagóricos, Sócrates, Platón, partieron de ahí para reflexionar sobre el hombre y el universo. La idea se hizo familiar en todas partes donde penetró el helenismo. Tal vez sea esta idea griega la que subsiste, bajo el nombre de karma, en los países de Oriente impregnados por el budismo; pero Occidente la perdió y ya ni siquiera tiene en ninguna de las lenguas una palabra que la exprese; las ideas de límite, medida, equilibrio, que deberían determinar la conducta de la vida, no tienen ya más que un empleo servil en la técnica. No somos geómetras más que ante la materia; los griegos fueron geómetras primero en el aprendizaje de la virtud".
Simone Weil, La Ilíada o el poema de la fuerza



"18. Si no se espera, no se encontrará lo inesperado; pues no se lo puede buscar, no hay camino hacia ello.

50. Los que no me han escuchado a mí sino al logos, están de acuerdo en que la sabiduría es: uno es todo.

112. Ser razonable es la máxima virtud, y la sabiduría está en decir la verdad y en obrar conforme a la naturaleza con atención.


113. La razón es común a todos".


Heráclito, Fragmentos

Simone Weil, La fuente griega
Traducción de José Luis Escartín y María Teresa Escartín

158 páginas

Estructuras y procesos. Religión

Editorial Trotta

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